
Es una escena que todo mexicano ha vivido. Un movimiento repentino, la lámpara se mece y la primera reacción es aguzar el oído esperando ese sonido metálico e inconfundible. Pero a veces, no llega. O llega tarde. Y entonces, la confusión se apodera de todos. ¿Falló el sistema? ¿El temblor no fue tan fuerte? ¿Mi zona está desprotegida?
La Alerta Sísmica de México es una proeza de la ingeniería y un sistema pionero en el mundo, pero no es una bola de cristal. Entender cómo funciona y, sobre todo, cuáles son sus limitaciones, es clave no solo para calmar la ansiedad, sino para estar verdaderamente preparados.
¿Cómo funciona este sistema?
Imagina una carrera. En un carril van las ondas sísmicas destructivas (las lentas pero poderosas ‘ondas S’). En el otro, viajan a la velocidad de la luz las ondas de radio de la alerta. La chamba del sistema es darnos unos segundos de ventaja.
El proceso es una sinfonía de segundos:
Detección en la Costa: Más de 97 sensores del Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) están estratégicamente colocados a lo largo de la costa del Pacífico (en zonas como Guerrero, Oaxaca y Michoacán), que es donde se origina la mayoría de los sismos que afectan al centro del país.
El Primer Golpe: Estos sensores no detectan el temblor en sí, sino las primeras ondas que se generan, las llamadas ‘ondas P’. Son más rápidas y no destructivas, una especie de "aviso" de que ahí viene el golpe fuerte.
Cálculo de Computadora: En cuanto se detectan las ‘ondas P’, unas computadoras calculan en milisegundos la posible magnitud del sismo y las ciudades que podrían verse afectadas.
Lanzamiento de la Alerta: Si el sismo supera ciertos umbrales de peligrosidad, se envía una señal por radio que viaja muchísimo más rápido que las ondas sísmicas. Esa señal activa los más de 12,000 altavoces del C5 en la Ciudad de México y otros receptores.
Este sistema nos puede dar entre 20 y hasta más de 100 segundos de ventaja, un tiempo de oro para evacuar o buscar una zona segura.

¿Por qué demonios no sonó en el último temblor?
Que la alerta no se active no siempre significa que falló. Existen razones muy específicas, y entenderlas es fundamental. Las principales son:
1. La ubicación del epicentro es la clave: Si el sismo se origina muy cerca de la ciudad, como ocurrió con el devastador temblor del 19 de septiembre de 2017 (cuyo epicentro fue en los límites de Puebla y Morelos), no hay tiempo de ventaja. Las ondas sísmicas destructivas llegan al mismo tiempo que llegaría la señal de radio de la alerta. En estos casos, la alerta puede no sonar o sonar justo durante el sismo, lo que la hace inútil.
2. No fue para tanto (la magnitud importa): El sistema está diseñado para no activarse con cada pequeño temblor. Hacerlo provocaría una "fatiga de alerta" y la gente dejaría de tomarla en serio. Los umbrales de activación son claros:
Se activa si: La magnitud estimada es mayor a 5 y el epicentro es cercano a la CDMX.
Se activa si: La magnitud es mayor a 6 y el epicentro es lejano.
Se activa si: La magnitud es mayor a 5.5 y el epicentro es moderadamente lejano.
Si un sismo no cumple con estos criterios, no escucharás el famoso sonido.
3. Temblores profundos: Un sismo puede tener una magnitud alta, pero si ocurre a mucha profundidad bajo tierra, su energía se disipa antes de llegar a la superficie. En esos casos, aunque el número asuste, el impacto real es bajo y la alerta podría no activarse.

4. La temida falla técnica: Seamos honestos, es tecnología. Aunque tiene múltiples respaldos, un altavoz específico podría estar en mantenimiento, sufrir un corte de energía o simplemente tener una avería. Por eso a veces en tu colonia no se escucha, pero en la de al lado sí.
Y la alerta en mi celular, ¿Qué onda con esa?
Cada vez es más común que nuestro teléfono nos avise, a veces incluso antes que los altavoces. Esto se debe principalmente al Sistema de Alertas de Terremotos de Android, desarrollado por Google.
Este sistema no depende del SASMEX. Utiliza los acelerómetros que ya tienen millones de teléfonos Android como si fueran una red de mini-sismógrafos. Cuando muchos teléfonos en una zona detectan un movimiento similar a un sismo, los servidores de Google lo analizan y envían una alerta a los usuarios que podrían verse afectados. Es un sistema complementario, una capa extra de seguridad, pero que tampoco es infalible y depende de tu conexión y la configuración de tu equipo.
La Alerta Sísmica es nuestra aliada, pero no un ángel guardián perfecto. La mejor herramienta siempre será contar con un plan de protección civil y no depender exclusivamente de un sonido para saber cómo actuar.