
Una nueva variante de COVID-19, apodada 'Stratus' y conocida científicamente como XFG, ha comenzado a propagarse rápidamente a nivel mundial, atrayendo la atención de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su notable capacidad de transmisión.
Esta cepa, también llamada 'Frankenstein' por su origen recombinante, ya representa un porcentaje significativo de los nuevos casos en varios países.
Origen: Una mezcla de variantes
'Stratus' es una subvariante de Ómicron que surgió de la recombinación genética de dos linajes diferentes: LF.7 y LP.8.1.2.
Esto significa que una persona se infectó simultáneamente con estas dos variantes, permitiendo que el material genético de ambas se combinara para crear esta nueva versión del virus. Su origen se ha rastreado inicialmente en el sudeste asiático, desde donde se ha expandido a Europa, América Latina y otras regiones.
¿Cuáles son los síntomas?
Si bien los síntomas de 'Stratus' son en general de leves a moderados y similares a los de otras variantes de Ómicron, se ha identificado un síntoma particularmente característico: la ronquera o una voz áspera y rasposa. En algunos casos, puede incluso derivar en una pérdida parcial o total de la voz (afonía).
Otros síntomas frecuentes incluyen:
- Dolor de garganta intenso.
- Fatiga persistente.
- Tos seca, fiebre y dolores musculares.
- Síntomas digestivos como náuseas, vómitos, diarrea, acidez y dolor de estómago.

¿Es más contagiosa?
Sí, los primeros datos indican que 'Stratus' tiene una ventaja de crecimiento significativa en comparación con otras variantes en circulación.
En el Reino Unido, por ejemplo, los casos de 'Stratus' se cuadruplicaron en un mes, pasando a representar del 10% al 40% de los contagios.
A nivel mundial, se estima que ya representa alrededor del 22% de los casos. Esta alta transmisibilidad se atribuye a mutaciones en la proteína de pico del virus, que le permitirían evadir con mayor facilidad la respuesta inmune generada por vacunas o infecciones previas.
¿Existe cura y tratamiento?
Actualmente no existe una cura específica para la variante al igual que con otras variantes de COVID-19. El tratamiento se centra en aliviar los síntomas y gestionar la enfermedad.
La buena noticia es que no hay evidencia de que 'Stratus' provoque una enfermedad más grave o un mayor número de hospitalizaciones y muertes en comparación con variantes anteriores.

La OMS ha clasificado a XFG como una "variante bajo vigilancia" y considera que el riesgo para la salud pública a nivel mundial es bajo.
Las vacunas actuales contra el COVID-19 siguen siendo eficaces para proteger contra la enfermedad grave, la hospitalización y la muerte por esta variante. Por lo tanto, las autoridades sanitarias insisten en la importancia de mantener los esquemas de vacunación al día, incluyendo las dosis de refuerzo, especialmente en los grupos de riesgo.