
Una carta escrita por un pasajero uruguayo a bordo del Titanic ha sido subastada por una suma impresionante de más de 200.000 dólares. La misiva, enviada por Ramón Artagaveytia Gómez a su hermano Adolfo Artagaveytia Gómez, ofrece una fascinante mirada al ambiente y las experiencias vividas en el icónico barco antes de su trágico hundimiento.
En la carta, Artagaveytia describe las dimensiones asombrosas del barco desde el muelle, comparándolo con una casa de cinco pisos. Según sus palabras, "Al mirar para arriba me hacía el efecto de estar al pie de una casa de cinco pisos", transmitiendo así su impresión ante la magnitud de la embarcación.
Su impresión a ver el barco
Además, relata su experiencia a bordo, mencionando la presencia de alrededor de 50 mozos y su ascenso a la cubierta B a través de uno de los tres ascensores disponibles. Según sus palabras, "Uno me toma las valijas, y por el ascensor (había tres) subimos a mi piso en la cubierta B."
Destaca la opulencia y el lujo del Titanic, resaltando los salones decorados con madera esculpida, los corredores pintados de blanco y la calidad de la comida a bordo. Artagaveytia menciona en su carta que "Los corredores están pintados de blanco y algunos salones, como este, son de madera esculpida, creo que de roble, con sofás y sillas de raso aterciopelado verde. Todo es nuevo y rico."
¿Cuál era el deseo de él?
El pasajero, nacido en 1840, expresa su deseo de llegar a Norteamérica, siendo atraído por el tamaño impresionante del barco, con sus 45.000 toneladas. En sus propias palabras, Artagaveytia menciona que el Titanic es un "vapor de 45,000 toneladas" que hacía su primer viaje en abril de 1912.
La carta fue despachada desde Queenstown, Irlanda, la última parada en tierra firme realizada por el trasatlántico antes de su fatídico viaje. Este valioso documento captura la emoción y las expectativas de un pasajero uruguayo en el Titanic.
La pieza de colección formó parte de un remate organizado por la empresa uruguaya Zorrilla, en el cual se subastaron alrededor de 800 lotes de platería criolla, militar y documentos históricos. Sebastián Zorrilla, representante de la casa de subastas, señaló que la carta había estado en manos de la familia Artagaveytia durante tres generaciones antes de ser puesta a subasta. En sus palabras, "Hay alguien siempre en las familias que decide congelar la historia en un remate y hacer que esta pieza que la atesoran durante un tiempo y que nosotros atesoramos momentáneamente vaya a parar a manos de un coleccionista o de un museo."
La carta, acompañada por una fotografía de Ramón Artagaveytia Gómez impresa en una carta postal francesa, fue adquirida por un coleccionista o museo, perpetuando así su importancia histórica y su conexión con uno de los eventos más trágicos de la historia marítima.