Llevo años escuchando que el futbol mexicano necesita profesionalización. Tal cosa no ha ocurrido y ejemplos sobran.
Si en el Reglamento está estipulado que ningún afiliado a la Federación Mexicana de Futbol puede hacer proselitismo político o religioso, hay quienes lo hacen y no pasa nada.
Casos como la reciente visita de las Chivas a la Basílica de Guadalupe para tomarse la fotografía oficial queda en un hecho meramente anecdótico en lugar de que las autoridades de la FMF impongan la sanción correspondiente al Club Guadalajara por promover la religión católica.
Si Fidel Kuri, dueño del Veracruz y diputado federal, agrede física y verbalmente a Edgardo Codesal, director del área técnica de la Comisión de Árbitros, en pleno partido de futbol en los palcos del Estadio Luis "Pirata" Fuente, no se aplica un castigo inmediato porque primero se abre una investigación (como si las imágenes no fueran claras y reveladoras de lo ocurrido).
¿Dónde está la mentada profesionalización del futbol mexicano? ¿En los exabruptos de Kuri? ¿En el proselitismo religioso de Chivas? ¿En la pobre preparación de los árbitros? ¿En los juegos moleros que organizan para el Tricolor? ¿En la protección que los clubes le dan a las nefastas barras? ¿En la multipropiedad? ¿En los cobros que realizan algunos técnicos de Fuerzas Básicas para que niños y jóvenes escalen categorías aunque no tengan nivel?
Naaahhh, la profesionalización es simplemente un cuento en nuestro curioso futbol mexicano.