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Gustavo Tomé: 'el Mundial 2026 detonará un nuevo ciclo de inversión inmobiliaria en México'

“El fútbol pasará, pero la infraestructura quedará"

Inmobiliaria Mundial 2026 / Editorial Mediotiempo
Inmobiliaria Mundial 2026 / Editorial Mediotiempo
Ciudad de México

El Mundial de 2026 será mucho más que un evento deportivo: representará uno de los mayores detonadores de inversión inmobiliaria y urbana en la historia reciente de México, según considera Gustavo Tomé Velázquez, presidente de Fibra Plus y referente del sector en América Latina.

De acuerdo con estimaciones del Departamento de Comercio de EE.UU., la justa mundialista podría generar una derrama cercana a 3 mil millones de dólares y atraer más de cinco millones de visitantes, impulsando la demanda de espacios habitacionales, hoteleros, comerciales y de servicios en Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.


Cada visitante genera consumo, cada evento crea nuevas necesidades de alojamiento y cada proyecto bien planeado deja valor duradero. El verdadero gol está en transformar esta coyuntura en infraestructura útil y moderna”, afirma Gustavo Felipe Tomé Velázquez.

El empresario explica que la dinámica inmobiliaria del Mundial no se limita a la construcción de estadios, sino que abarca una reactivación del mercado de inversión y renta, particularmente en zonas con vocación turística, conectividad y servicios. El segmento hotelero vive una ola de remodelaciones y nuevas licencias; los proyectos de uso mixto crecen a doble dígito y los fondos especializados en real estate comienzan a ajustar sus portafolios hacia activos con proyección turística y comercial.

Para Gustavo Tomé, el torneo también marcará la consolidación de un modelo de desarrollo más profesional y tecnológico. “Hoy, el inversionista busca proyectos inteligentes, eficientes y con trazabilidad financiera. La tokenización de activos y la digitalización del sector permitirán que capital nacional e internacional participe de manera más ágil en el crecimiento inmobiliario mexicano”, señala.

Las sedes mexicanas reflejan este dinamismo: el Estadio Azteca moderniza sus instalaciones con tecnología avanzada; el recinto de Monterrey, con certificación LEED, afina adecuaciones sostenibles; y Guadalajara integra nuevas soluciones de conectividad y energía. Estas obras no solo preparan a México para recibir al mundo, sino que incrementan el valor del suelo urbano, fomentan la plusvalía y diversifican la oferta inmobiliaria.

Tomé considera que el legado del Mundial debe medirse en términos de competitividad urbana y fortalecimiento del portafolio inmobiliario nacional. “El fútbol pasará, pero la infraestructura quedará. Si convertimos esta inversión en activos bien gestionados, México podrá posicionarse como uno de los mercados inmobiliarios más sólidos de América del Norte.”

En perspectiva, Gustavo Tomé Velázquez considera que el Mundial 2026 será mucho más que un impulso temporal: será el punto de partida de una nueva etapa de profesionalización y atracción de capital en el mercado inmobiliario mexicano. Con una base sólida de activos, un entorno de innovación y la mirada del mundo puesta en el país, México tiene la oportunidad de convertir la infraestructura que deja el fútbol en cimientos para un crecimiento urbano, financiero y social sostenido.

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