Ciudad de México
No es igual la alimentación de una persona sedentaria, a la de alguien que hace alguna actividad física. Puedes considerarte activo si realizas al menos 30 minutos de ejercicio al día. Y tú, ¿cuánto corres? Hoy hablaremos sobre cómo se planea de manera correcta, la dieta de un corredor.
Lo primero que debemos saber sobre nuestro deportista
•Composición corporal: además de tu peso, cuántos kilos de grasa, músculo y agua, hay en tu cuerpo.
•Qué tipo de carrera practicas: ¿de montaña o de ciudad?
•Cuántas horas de ejercicio haces al día, así como la distancia, intensidad y frecuencia.
•¿Realizas algún trabajo de fuerza?
•Alimentos preferidos, saludables y no saludables.
•Alimentos que no toleras o que te causan alergias.
•¿Padeces alguna enfermedad? Y si es así, medicamentos que consumes.
•Hábitos de sueño.
•Profesión: porque además de correr, ¡tenemos que trabajar!
Determinación de objetivos
Como corredor es importante llevar una alimentación para mantener tu rendimiento tanto en el entrenamiento, como a lo largo de todo el día. Sin embargo, también existen otros objetivos que deben plantearse antes de poder actuar. Algunos ejemplos serían:
•Aumentar masa muscular: un músculo más resistente y tonificado, tiene la capacidad de lograr un mejor desempeño sin generar tanto estrés o cansancio.
•Perder grasa corporal: entre más ligero, más rápido correrás.
•Mejorar tu rendimiento: si ya tienes una composición corporal ideal, pero quieres prepararte para una competencia en específico ¡necesitas una buena dieta!
¡Manos a la obra! Las bases de la dieta del deportista.
1. El plan de alimentación debe adaptarse a ti, y no al revés, es decir, debe ser personalizado: acorde a tus horarios de comidas y entrenamientos, al tipo de alimentos a los que tienes acceso, así como a tus preferencias.
2. No comas por comer, es necesario entender por qué necesitas comer así, qué te ayuda y qué no.
3. Con la dieta puedes cubrir perfectamente tus requerimientos de energía, vitaminas y minerales. A veces por practicidad incluimos suplementos como licuados de proteína, por ejemplo. Se valen, solamente ten cuidado con la marca y dosis que vas a consumir.
4. Debes disfrutar lo que comes. Podemos comer rico y saludable al mismo tiempo, ¡no hay por qué sufrir! Si algo no te gusta, hay que modificarlo. Además de agradarte, tu alimentación debe ayudarte a sentirte bien.
5. Es cierto que por ser corredor puedes darte permisos de vez en cuando, ¡no abuses, o terminarás rodando!
Ahora ya lo sabes, no hay dietas mágicas y milagrosas. La mejor dieta es la que se adapta a ti y a lo que necesitas.
Lo primero que debemos saber sobre nuestro deportista
•Composición corporal: además de tu peso, cuántos kilos de grasa, músculo y agua, hay en tu cuerpo.
•Qué tipo de carrera practicas: ¿de montaña o de ciudad?
•Cuántas horas de ejercicio haces al día, así como la distancia, intensidad y frecuencia.
•¿Realizas algún trabajo de fuerza?
•Alimentos preferidos, saludables y no saludables.
•Alimentos que no toleras o que te causan alergias.
•¿Padeces alguna enfermedad? Y si es así, medicamentos que consumes.
•Hábitos de sueño.
•Profesión: porque además de correr, ¡tenemos que trabajar!
Determinación de objetivos
Como corredor es importante llevar una alimentación para mantener tu rendimiento tanto en el entrenamiento, como a lo largo de todo el día. Sin embargo, también existen otros objetivos que deben plantearse antes de poder actuar. Algunos ejemplos serían:
•Aumentar masa muscular: un músculo más resistente y tonificado, tiene la capacidad de lograr un mejor desempeño sin generar tanto estrés o cansancio.
•Perder grasa corporal: entre más ligero, más rápido correrás.
•Mejorar tu rendimiento: si ya tienes una composición corporal ideal, pero quieres prepararte para una competencia en específico ¡necesitas una buena dieta!
¡Manos a la obra! Las bases de la dieta del deportista.
1. El plan de alimentación debe adaptarse a ti, y no al revés, es decir, debe ser personalizado: acorde a tus horarios de comidas y entrenamientos, al tipo de alimentos a los que tienes acceso, así como a tus preferencias.
2. No comas por comer, es necesario entender por qué necesitas comer así, qué te ayuda y qué no.
3. Con la dieta puedes cubrir perfectamente tus requerimientos de energía, vitaminas y minerales. A veces por practicidad incluimos suplementos como licuados de proteína, por ejemplo. Se valen, solamente ten cuidado con la marca y dosis que vas a consumir.
4. Debes disfrutar lo que comes. Podemos comer rico y saludable al mismo tiempo, ¡no hay por qué sufrir! Si algo no te gusta, hay que modificarlo. Además de agradarte, tu alimentación debe ayudarte a sentirte bien.
5. Es cierto que por ser corredor puedes darte permisos de vez en cuando, ¡no abuses, o terminarás rodando!
Ahora ya lo sabes, no hay dietas mágicas y milagrosas. La mejor dieta es la que se adapta a ti y a lo que necesitas.