Celebro con orgullo el triunfo de mi hijo Sergio "Checo" Pérez, quien terminó el GP de Emilia-Romagna en la segunda posición, por detrás de Max Verstappen para completar el 1-2 de Oracle Red Bull Racing.
Este podio es una gran victoria para México. Para todos los jóvenes mexicanos tiene que ser un gran ejemplo para que persigan el sueño de ser mexicanos destacados, no solo en nuestro país, sino en cualquier parte del mundo.
Checo Pérez consiguió este domingo un gran resultado para su escudería en el Emilia-Romagna Grand Prix, en Imola (Italia) y el segundo lugar en el podio es un gran orgullo para todos, completando además el doblete de la escudería austriaca en el Autódromo Enzo e Dino Ferrari.
Checo arrancó desde el tercer sitio la carrera, no le dio tregua a Charles Leclerc (Ferrari) y tomó la segunda posición casi de inmediato; el monegasco trató de vengarse en la ventana de detención, pero nuestro número 11 -el orgulloso mexicano- lo superó.
Fue una gran carrera en la tierra de los Cavallinos Rampantes y fue un gran domingo para Oracle Red Bull Racing. Como dijo mi hijo: "Hoy es un gran día para el equipo, tenemos que seguir trabajando para ser mejores y para llegar lo más cerca a la victoria; muy bien hecho por Max el día de hoy".
Personalmente, este momento, es para que los mexicanos nos la creamos de que México es el mejor país del mundo; tenemos que pelear por nuestros espacios; no conozco, hasta el día de hoy, a un solo mexicano que haya fracasado viviendo en el extranjero. Me gustaría muchísimo ver a todos mis mexicanos triunfando como mi hijo Checo Pérez, a quien el compromiso, amor por su profesión y entrega le rinden frutos. Es nuestro ejemplo a seguir.