La ansiedad por descifrar quién es la opción para técnico del Tricolor que tendría la Federación Mexicana de Futbol (FMF) por ahora acapara en su totalidad la atención cuando se habla del equipo nacional, pero quizá uno de los temas que más debería ser atendido es el proyecto que se necesita, no sólo de manera inmediata, sino a largo plazo.
Posiblemente más allá de pensar en el nombre, nacionalidad o filosofía de trabajo de quien pudiera ser el siguiente entrenador del seleccionado mexicano, las baterías podrían estar enfocadas en la materia prima con la que se cuenta para la actualidad, pero sobre todo para el futuro.
Qué tipo y clase de jugadores son los que se requieren para levantar el prestigio del Tricolor, además de conocer si en verdad quienes sean convocados están realmente comprometidos para recuperar el nivel futbolístico, pero, sobre todo, la golpeada credibilidad perdida en los últimos dos años.
Otro punto que podría ser considerado en los análisis que estarían haciendo los directivos encargados de la búsqueda del siguiente seleccionador, es si el personaje que designen como parte de su proyecto de trabajo contempla el recambio generacional, que significaría un paso importante y fundamental.
Rejuvenecer el equipo mexicano, no sólo pensando en lo inmediato que es la Copa del Mundo de 2026, sino quizá que tenga la solidez y proyección para que mínimo esa generación pueda cumplir con otros dos ciclos mundialistas más, es decir para 2030 y 2034, dando cabida a los talentos con calidad que vayan surgiendo en el camino.
Desde hace 30 años, cuando a nivel de selecciones se volvió a la actividad internacional, tras la suspensión por el tema de los “Cachirules”, se planteó la idea de tener una basta cantidad de jugadores para conformar, no una, sino dos selecciones con un destacado nivel competitivo.
Sin duda mucha tarea tiene la nueva administración de la FMF, pero también le pusieron en sus manos una responsabilidad atractiva, que en caso de conseguirla les pondría como los salvadores del prestigio pisoteado del futbol mexicano, pero si no llegaran a consumar con resultados favorables esta restructuración, cargarán por siempre con ese costal del fracaso.
Para evitar pasar de noche o como unos directivos más en la FMF, quizá si hacen ese recambio generacional, y se plantean sembrar para poder cosechar cosas trascendentales para el futuro, su gestión pasará a la historia como una de las más productivas, más allá de cuestiones financieras y económicas.
Técnico mexicano por nacimiento, o un extranjero de nivel que esté en la Liga MX, o si prefieren buscar en el mercado exterior, es quizá lo menos importante, si esa reestructuración se centra en la materia prima, crear un compromiso con el Tricolor por parte de los jugadores para por fin marcar diferencia, entonces si se podrá pensar que se avanzó.