Lo escribí en la columna anterior y lo sostengo… muy a pesar de los muchos mensajes con mentada de madre incluida: Tigres había perdido el título en la Ida del Estadio Universitario. Y lo recuperó hasta que Chivas renunció, a mitad del segundo tiempo, a quedarse con la 13.
Chivas fue todo lo que se supo sería, si se recordó lo que mostró durante la Fase Regular del Torneo Clausura 2023 con el español-serbio Veljko Paunovic: un equipo aguerrido, un torbellino, un cuadro que no dio tregua y que por ímpetu ganó los mano a mano. Un equipo que solo podía ser frenado desde la banca.
Tigres, a lo suyo: dependiente de la solidez del grandísimo portero Nahuel Guzmán, hábil como él solo… dependiente del equilibrio de un todoterreno Carioca, un incansable Guido Pizarro, y sí (aunque ya le pesan las piernas), de la peligrosidad de Andrés Pierre-Gignac. Un cuadro de liderazgos puros.
¿Qué ocurrió en el Estadio Akron? El control anímico de la serie estuvo del lado de Chivas; ahogó a Tigres en el duelo de Ida, evitando concederle un gol siquiera y en la Vuelta los de UANL de Robert Dante Siboldi solo alcanzaron hasta que Chivas se entregó y sus figuras dieron su resto.
Sí, hasta que Chivas se entregó, se guardó y luego con los cambios realizados no tuvo reacción. Ahí están los gritos de Paunovic, en un primer momento exigiendo a sus jugadores salir… en un segundo episodio con los cambios errados que el europeo recordará no sé cuánto tiempo. No es tan simple como afirmar “Tigres fue mejor que Chivas”.
No se esperaba menos de una Final, el último partido de una temporada y en el que los contendientes se olvidan de la táctica y todo se define por una genialidad, por un gran jugador, por un error, por un suspiro emocional. No hay más. El resto, sobra. Igual, aplausos para los dos equipos.
La victoria de Tigres es de cuento, el punto final de un torneo durísimo para ambos equipos, para ambos técnicos. Si Chivas hubiera ganado, hubiera sido mérito de su técnico, hoy villano; pero como lo gana Tigres, es de sus viejos jugadores, denostados desde aquellas polémicas palaras del Piojo Herrera. ¿Renovarán a Siboldi?
¡Increíble, Tigres. Incomparables!