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Javier Balseca
Los dineros del deporte Javier Balseca

¿Quiénes son los dueños de las franquicias de NFL, de cuánto es su fortuna? – Parte 3

Ciudad de México

Pasando ya la semana 8 de la temporada de NFL y en las entregas anteriores hemos analizado a los propietarios que ocupan las posiciones más bajas del listado, explorando cómo cada uno, desde su historia familiar o visión empresarial, ha contribuido al crecimiento sostenido de la NFL fuera del emparrillado. Lo que comenzó como un repaso a las raíces tradicionales de algunas franquicias, se ha transformado en un recorrido por el impacto económico y la sofisticación con la que los dueños de la liga han convertido sus equipos en auténticas corporaciones globales.

En esta tercera parte llegamos al punto medio del ranking, donde las fortunas, las estrategias de expansión y la influencia mediática comienzan a jugar un papel aún más determinante. Del puesto 17 al 9, encontramos nombres que combinan herencia, innovación y poder financiero, reflejando cómo la NFL se sostiene no solo sobre el talento en el campo, sino sobre la visión empresarial de quienes la dirigen desde los palcos más altos.


En la posición 16, entontramos a Janice Suber McNair, quien nació el 30 de septiembre de 1936 en Myrtle Beach, Carolina del Sur, y más tarde se trasladó a Houston en 1960 junto a su esposo, Robert ‘Bob’ McNair. Fue precisamente Bob quien puso en marcha el proyecto para que Houston recuperara la NFL tras la marcha de los Oilers, y Janice se convirtió en su socia clave en esa empresa.

El origen de su fortuna está ligado principalmente a Bob McNair, quien fundó la empresa de cogeneración Cogen Technologies, que terminó vendiéndose —una operación que generó miles de millones de dólares— y permitió la base económica para la adquisición de la franquicia. En ese contexto, la pareja McNair contrapuso negocio, pasión deportiva y compromiso comunitario, lo que les valió convertirse en uno de los linajes más prominentes en la liga.

En 1999, la NFL adjudicó la expansión de la franquicia de Houston a los McNair, dando origen a los Houston Texans, que comenzaron a competir en 2002. El coste estimado de la franquicia, según diversas fuentes, fue de aproximadamente $ 600 millones de dólares en aquel momento. Esta cifra, hoy día, queda pequeña frente al valor actual de las franquicias de la NFL, lo que subraya la magnitud de la inversión y la visión de largo plazo del equipo McNair. Actualmente el valor de la misma es de alrededor de $ 5,000 MDD.

Tras el fallecimiento de Bob McNair en noviembre de 2018, Janice McNair asumió el papel de propietaria principal de los Texans, convirtiéndose en una de las pocas mujeres con ese rol en la NFL. Bajo su liderazgo –y posteriormente con la transición en 2024 a su hijo Cal McNair como propietario principal– el equipo ha mantenido un enfoque claro no sólo deportivo, sino empresarial y social. Janice ha estado muy implicada en la filantropía, a través de fundaciones como la Robert and Janice McNair Foundation, centrada en educación e investigación médica, y ha reafirmado que la franquicia debe tener impacto positivo en Houston.

En cuanto a la gestión del equipo, aunque Janice no estaba al frente diaria del negocio operativo —una función que recaía cada vez más en Cal McNair— su papel ha sido de “guardiana” del legado McNair, del vínculo con la ciudad de Houston y de asegurar que el proyecto franquicia mantenga su coherencia en valores y proyección. Según cronistas de Houston, Janice es descrita como una “magnolia de acero”, que combina calidez y firmeza para proteger los intereses del equipo y la familia.

En la posición 15 entontramos a Denise DeBartolo York proviene de la poderosa familia DeBartolo, cuyo patriarca, Edward J. DeBartolo Sr., construyó su fortuna principalmente en el negocio inmobiliario —especialmente centros comerciales— antes de incursionar en los deportes. En 1977, Edward Sr. adquirió la franquicia de los 49ers por aproximadamente $13 millones de dólares (algunas fuentes citan $17 millones) para regalársela a su hijo Edward J. DeBartolo Jr.. Con el tiempo, tras problemas legales de Eddie Jr., Denise asumió el control de la franquicia en el año 2000, formalizando el proceso de transición.

Los 49ers sufrieron para vencer a los Cardinals (AFP)
Los 49ers sufrieron para vencer a los Cardinals (AFP)


El valor de la franquicia ha crecido de forma espectacular: de los millones pagados en 1977 a una valoración que ronda los $5,150 MDD años recientes. Este incremento demuestra la magnitud del negocio que representa un equipo de la NFL, más allá del terreno de juego.

Por su parte, Jed York —hijo de Denise y del co-propietario John York— ha sido la cara operativa del equipo desde los años 2000s. Es CEO del club, y en marzo de 2024 se le anunció como futuro propietario principal mediante compra de parte de la participación de su madre. Bajo su liderazgo, la organización ha impulsado proyectos de estadio, marketing global, alianzas internacionales y una estructura de negocio que coloca al equipo como uno de los activos deportivos más valiosos del mundo.

La gestión de los York/DeBartolo al frente de los 49ers se basa en una combinación de legado deportivo —los cinco títulos de Super Bowl cosechados bajo la administración DeBartolo Jr.— y modernización empresarial. Aunque no todas las temporadas han sido exitosas en lo deportivo, la franquicia mantiene una elevada reputación como marca global, participa activamente en diversificación (por ejemplo, inversiones en clubes de fútbol europeos) y utiliza su presencia en la Bahía de San Francisco para generar valor económico y cultural.

Josh Harris ha forjado una carrera en el mundo de las finanzas y los deportes que lo llevó finalmente a adquirir el equipo de su ciudad natal. Colocando en la posición 14 a los Washington Commanders.

Cofundador de Apollo Global Management y socio de larga data de Harris Blitzer Sports & Entertainment, Harris comenzó a invertir sistemáticamente en franquicias deportivas: en 2011 adquirió el Philadelphia 76ers de la NBA, luego el equipo de la NHL New Jersey Devils, y también participó de manera minoritaria en otros proyectos internacionales. Con una fortuna estimada en varios miles de millones de dólares —según algunas fuentes arriba de los $ 7-10 mil millones de dólares — Harris estaba bien posicionado para dar el salto a la liga de fútbol americano profesional.

El 12 de mayo de 2023 Harris lideró un consorcio que acordó comprar los Washington Commanders al entonces propietario Dan Snyder por aproximadamente US$ 6.05 mil millones, una cifra récord para una franquicia deportiva en Norteamérica. La venta fue aprobada por los propietarios de la NFL el 20 de julio de 2023. En la negociación, el grupo incluyó un “earn-out” para Snyder (pagos diferidos según desempeño financiero futuro) y una estructura compleja de deuda y capital que llamó la atención del comité financiero de la liga.

Jayden Daniels, QB de Commanders (Reuters)
Jayden Daniels, QB de Commanders (Reuters)


Desde que asumió la propiedad, Harris ha señalado que este proyecto no se trata únicamente de un activo financiero, sino de un compromiso con la ciudad de Washington y su afición: “Nuestra promesa a ustedes es sencilla: trabajaremos incansablemente para que se sientan orgullosos nuevamente de esta franquicia,” declaró tras cerrar el trato. Bajo su mando, los Commanders han iniciado un proceso de renovación institucional, deportiva y de infraestructura, con especial atención al regreso del equipo al corazón de la capital —un proyecto que incluye un nuevo estadio y un plan de desarrollo urbano que esperan revitalice la región.

Harris, con su experiencia en deportes profesionales, inversiones y gestión empresarial, busca convertir a los Washington Commanders en una franquicia competitiva tanto dentro del emparrillado como en el negocio global del deporte. Su visión combina estructura financiera fuerte, crecimiento de marca, infraestructura de primer nivel y conexión local —es decir, capital y cultura al mismo tiempo, lo que ha posicionado a la franquicia con un valor aproximado de $ 5,800 MDD.

Steve Bisciotti nació el 10 de abril de 1960 en Filadelfia, Pensilvania, y se trasladó a Maryland siendo pequeño. Desde joven incursionó en los negocios: en 1983 cofundó con su primo la empresa Aerotek (que más tarde se convertiría en parte del grupo Allegis Group), dedicada al suministro de personal técnico y especializado. Gracias a este negocio, Bisciotti acumuló una fortuna notable —en distintos momentos estimada en miles de millones de dólares.

En cuanto al equipo, Bisciotti comenzó su relación con los Ravens en el año 2000, cuando adquirió alrededor del 49 % de la franquicia que aún pertenecía al legendario propietario Art Modell. Cuatro años después —el 9 de abril de 2004— completó la compra del control mayoritario de la franquicia por aproximadamente $ 600 MDD. Desde entonces, Bisciotti se ha mantenido al frente de la organización. En su propia voz ha dicho que no tiene planes de vender el equipo en “el futuro previsible”. Actualmente colocados en la posición 13.

Bajo su dirección, los Ravens no solo han crecido en valor —su tasación más reciente ronda los $ 6,400 MDD, según diversos análisis. En lo deportivo, Bisciotti ha dejado claro que considera la franquicia más que un simple negocio: “Hay más de un millón de partes interesadas en el área de Baltimore que tenemos la obligación de considerar”, ha dicho refiriéndose a los aficionados y la comunidad local. Operativamente, su gestión se caracteriza por una apuesta por la estabilidad: ha mantenido estructuras de mando sólidas en lo deportivo y en lo empresarial, ha invertido en mejoras de infraestructura del estadio y centro de entrenamiento, y ha hecho énfasis en competir seriamente cada temporada.

Steve Bisciotti representa un perfil de propietario que combina éxito empresarial, arraigo local y visión de largo plazo para su franquicia de la NFL. Su adquisición de los Ravens fue una inversión que ha rendido no solo en términos de valor financiero, sino también en impacto deportivo y comunitario.

Terry Pegula comenzó su camino empresarial en la industria del gas natural. Tras graduarse en ingeniería de petróleo y gas en la Pennsylvania State University, fundó la empresa East Resources a comienzos de los ochenta y con los años acumuló una considerable fortuna gracias al negocio del fracking y la venta de activos clave. Kim Pegula, nacida en Seúl y adoptada en Nueva York, se vinculó al negocio tras conocer a Terry en los años noventa y con él ha participado activamente en el desarrollo de sus inversiones deportivas y empresariales.

En octubre de 2014, los Pegula adquirieron la franquicia de los Buffalo Bills por aproximadamente $ 1,400 millones de dólares, cifra récord para la época en la NFL. Esta compra permitió además asegurar que el equipo siguiera en la ciudad de Buffalo, lo cual fue un elemento importante para la comunidad y para el propio valor del equipo. Hasta la fecha, el valor de la franquicia ha crecido sustancialmente: en 2024 se estimaba en aproximadamente $ 6,700 MDD, colocándose en la lista en la posición 12.

Los Buffalo Bills le otorgan un contrato récord a Josh Allen| Foto: AP Photo/Adrian Kraus
Los Buffalo Bills le otorgan un contrato récord a Josh Allen| Foto: AP Photo/Adrian Kraus


En cuanto a la gestión del equipo, los Pegula han adoptado un enfoque que combina inversión en infraestructura, arraigo local y negocio global del deporte. Por ejemplo, han impulsado proyectos inmobiliarios vinculados al deporte en Buffalo, y han reafirmado su compromiso con el equipo y la ciudad. No obstante, también han enfrentado retos: el elevado coste del nuevo estadio del equipo exige importantes recursos, y la salud de Kim Pegula —que sufrió un episodio serio en 2022— ha motivado ajustes en la estructura de gobierno del equipo.

Terry y Kim Pegula representan un modelo de propietarios que provienen del mundo empresarial —específicamente de la energía y los recursos— y que han aplicado esa capacidad financiera al deporte profesional. Su adquisición de los Buffalo Bills fue tanto una operación de negocio como un compromiso comunitario, y su gestión está marcada por la búsqueda de estabilidad deportiva, inversión en activos tangibles y construcción de valor de largo plazo para la franquicia y para la ciudad de Buffalo.

Arthur Blank hizo su fortuna como co-fundador de The Home Depot en 1978, la cadena de mejoras para el hogar que se convirtió en un gigante del comercio minorista. Tras retirarse de la compañía, Blank buscaba un nuevo reto y vio en el fútbol americano profesional una oportunidad para combinar pasión deportiva con negocios: “Puedo sentarme al margen los próximos treinta años o tratar de comprarlo y arreglarlo”, declaró al referirse a la adquisición de los Falcons, hoy posicionada en el lugar 11 de este listado.

En febrero de 2002, Blank adquirió los Atlanta Falcons por aproximadamente $ 545 MDD, comprando la franquicia a la familia Smith, que había sido dueña del equipo desde su fundación. Desde entonces, el valor de la franquicia ha crecido de forma significativa: según estimaciones de 2024, los Falcons están valorados en aproximadamente $ 7,800 MDD.

En cuanto a su gestión al frente del equipo, Blank ha adoptado un estilo profesional con enfoque de largo plazo: ha invertido en infraestructura (como el moderno estadio Mercedes-Benz Stadium en Atlanta) y en la experiencia de los aficionados, reduciendo precios de concesiones para mejorar el ambiente del estadio. Deportivamente, si bien los Falcons han tenido altibajos, bajo su propiedad alcanzaron el Super Bowl LI en la temporada 2016-17. Su visión va más allá de los resultados inmediatos: Blank ve el equipo como parte de la comunidad de Atlanta y como un activo empresarial que debe crecer tanto en lo deportivo como en lo cultural.

Robert Kraft nació el 5 de junio de 1941 en Brookline, Massachusetts. Tras graduarse en Columbia University (1963) y luego obtener un MBA en Harvard Business School (1965) —lo que le dio una sólida base académica— ingresó al negocio del empaquetado de papel y productos forestales, ocupándose de empresas como Rand-Whitney e International Forest Products. Con el tiempo estructuró sus inversiones bajo el paraguas del grupo de holdings conocido como The Kraft Group.

En enero de 1994, Kraft adquirió los New England Patriots por $ 172 MDD, un récord para la NFL en ese momento. Esta compra no fue casualidad: ya había poseído el estadio (Foxboro Stadium) desde finales de los años ochenta, lo cual le dio una posición estratégica que facilitó retener al equipo en su localidad y cerrar la operación con ventaja de negociación frente a otros compradores.

Patriots festeja un TD ante los Browns (Reuters)
Patriots festeja un TD ante los Browns (Reuters)


Desde entonces, bajo su gestión, la franquicia creció de forma espectacular. En la actualidad se estima que los Patriots están valorados en alrededor de $ 10,600 MDD (según una valoración de 2025 tras la venta de un 8 % de la franquicia) y generan cientos de millones en ingresos y utilidades, que los posicionan en el lugar 10 de este listado. Además, Kraft ha declarado que “nunca en mi vida” venderá el equipo, pues lo ve como un activo único y parte de su legado familiar.

En lo deportivo y organizativo, Kraft ha sido ampliamente reconocido como uno de los dueños más exitosos de la liga. Bajo su mando, los Patriots ganaron seis Super Bowls, consolidaron una cultura de éxito y construyeron instalaciones de primer nivel (como el Gillette Stadium) con un complejo adyacente de entretenimiento (Patriot Place) que amplió la dimensión del equipo más allá del campo de juego. Aun así, en los últimos años ha admitido que la franquicia enfrenta retos: “Los dos últimos años fueron los peores de mis 31 años de propiedad”, dijo refiriéndose al periodo reciente.

Robert Kraft representa el prototipo del propietario que combina visión empresarial, arraigo regional y ambición deportiva. Su adquisición de los Patriots fue una apuesta elevada, pero su gestión ha convertido a la franquicia en un referente del deporte.

Por último, el lugar 9 de este listado, Woody Johnson, quien proviene de la familia fundadora de Johnson & Johnson, lo que le dio un punto de partida muy sólido en los negocios. Según informes, su fortuna personal le permitió adentrarse en la propiedad deportiva con plena capacidad financiera. En enero de 2000, Johnson adquirió los New York Jets por aproximadamente $ 635 MDD, comprando la franquicia al patrimonio de Leon Hess. Esta cifra en aquel momento fue de las más altas pagadas por un equipo de deportes profesionales y marcó un compromiso sustancial con el negocio del fútbol americano profesional.

La propiedad se divide entre Woody Johnson como propietario mayoritario (aproximadamente el 75 % del control) y Christopher Johnson, su hermano, con un porcentaje minoritario estimado alrededor del 25 %. Durante el periodo en que Woody sirvió como Embajador de los EE. UU. en el Reino Unido (2017-2021), Christopher asumió el rol operativo como presidente y CEO del equipo, encargándose del día a día.

En cuanto a la gestión del equipo, bajo la dirección de los Johnson los Jets han mostrado varios focos de inversión: estabilidad ejecutiva, búsqueda de talento, infraestructura compartida del estadio (los Jets juegan en el MetLife Stadium, con los Giants) y trato de marcar presencia en el mercado neoyorquino. Al mismo tiempo, la valoración de la franquicia se ha disparado: para 2025 se estimó el valor de los Jets en aproximadamente $ 10,700 MDD. No obstante, la franquicia también ha enfrentado críticas —por su rendimiento deportivo irregular y por decisiones de gestión— lo que añade matices al perfil de los dueños.

El repaso por los puestos 17 al 9 del ranking de propietarios de la NFL revela con claridad cómo la liga se ha convertido en una amalgama de fortunas, estrategias empresariales y visiones de liderazgo que trascienden el deporte. Cada uno de los dueños analizados en esta entrega encarna una faceta distinta del modelo de éxito norteamericano: desde herencias familiares centenarias y corporaciones que transformaron sectores completos, hasta empresarios que vieron en la NFL una plataforma para extender su legado más allá de los negocios.

A esta altura del listado, los equipos dejan de ser meras franquicias deportivas y se consolidan como ecosistemas financieros y culturales, capaces de mover miles de millones de dólares, generar empleo, transformar comunidades y proyectar la imagen de una ciudad ante el mundo. La NFL, más que una liga, es un tablero corporativo en el que la gestión, la visión y la reputación pesan tanto como las victorias en el campo.

Los casos de Janice McNair, Denise DeBartolo York, Josh Harris, Steve Bisciotti, los Pegula, Arthur Blank, Robert Kraft y Woody Johnson muestran que el éxito en la NFL no depende únicamente del marcador, sino de la capacidad de cada propietario para combinar pasión deportiva, disciplina empresarial y compromiso social. Mientras algunos representan el legado familiar que cimentó la liga, otros encarnan la nueva era de inversionistas globales que ven en el fútbol americano un negocio de escala mundial.

Conforme nos acercamos al top 8 de este recorrido, queda claro que la cúspide de la NFL pertenece a un grupo selecto de propietarios que no solo manejan equipos, sino imperios deportivos. Son ellos quienes, con sus decisiones estratégicas, definirán el rumbo de la liga en la próxima década —una era en la que el negocio, la tecnología y el espectáculo se entrelazan más que nunca para mantener a la NFL como la máquina económica y cultural más poderosa del deporte moderno…Soy Javier Balseca y esto fue: Los dineros del deporte.

Javier Balseca. Lic Marketing con especialidad en Sports Mkt e industria del entretenimiento. Catedrático de sports Mkt Anáhuac y Tec de Monterrey; representante comercial de equipos profesionales de Liga MX, LMB, LMP y columnista en medios y conferencista.

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Sobre el autor
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Javier es un profesional del apasionante mundo del negocio en el deporte. Especialista en Sports Marketing quien representa comercialmente a equipos de Liga MX, Liga Mexicana de Beisbol y del Pacífico, otras ligas profesionales y deportistas. Con él nos pondremos al día de los dineros del deporte.

javier@jbsports.com.mx

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