Si bien el último año al fin se habla de que el futuro del tenis varonil está en buenas manos, el circuito femenil ha estado marcado por la inestabilidad de sus campeonas desde que Serena Williams comenzó a bajar la guardia. Sin embargo, finales como la que acaban de protagonizar en el Madrid Open la No.1 y la No.2 del mundo, Iga Świątek y Aryna Sabalenka, nos dejan tranquilos y por lo menos nos hablan de un presente emocionante y de alta calidad en la WTA.
La bielorrusa se convirtió en la primera jugadora del circuito en lograr tres títulos esta temporada, que arrancó con la conquista de Adelaide y de su primer Grand Slam en Australia. Ya son dos trofeos en la Caja Mágica de Madrid (2021) para Sabalenka y 13 en su palmarés total, de los cuales cinco son Masters 1000. Gracias a su juego agresivo y derechas incontestables terminó con una racha de 12 finales ganadas sobre arcilla para la polaca, quien era la gran favorita con marca de cinco victorias sobre ella en esta nueva rivalidad.
Por su parte, con 21 años y ya tres conquistas de Grand Slam, Świątek ha sido la gran jugadora a vencer el último año, pero la constancia de Sabalenka y la irrupción de Elena Rybakina, última campeona de Wimbledon, aunado a que varias otras oponentes han descifrado su juego, le ponen sabor a la rama femenil. No hay duda que las tres viven el mejor momento de su carreras. Para Roma la polaca tiene la tarea de defender la corona y con el acecho de Aryna por el máximo peldaño de la WTA, se vuelve un torneo clave en la temporada de ambas.
En la ATP, Madrid atravesó una edición extraña. El lucky looser J.L Struff llegó a la final ante Carlos Alcaraz, quien tuvo que sacar su mejor tenis a tres sets para defender su título, pero que presume una marca admirable a sus 20 años recién cumplidos, solo ha perdido dos partidos de 31 este 2023. Suma ya cuatro títulos Masters 1000 y 10 en total. Declaró que se considera favorito para Roland Garros y no podría tener más razón, mientras tanto, Rafael Nadal se baja de Roma en la antesala del Grand Slam. Las guardias sin duda han cambiado.