La edición 45 de la Ryder Cup en Bethpage dará de que hablar por mucho tiempo y seguramente será recordada por muchas razones más.
Mucho antes de que empezara la Copa se habla de lo parejo que jugaría en esta ocasión, ya que el equipo americano sería el anfitrión y el capitán Keegan Bradley habría reunido la mejor escuadra de jugadores disponibles.
Luke Donald, el capitán europeo, sabía bien que en que en el papel su equipo parecía inferior en cuanto a individualidades; por eso, la importancia de tener en su equipo de vice-capitanes a los hermanos Francesco y Eduardo Molinari, quienes son unos estrategas del juego y se encargan de analizar no sólo a los jugadores, si no a todas las circunstancias que rodean la copa.
Sabían que tenían que hacer una estrategia, en la cual pudieran tomar una buena ventaja en los partidos de viernes y sábado (bola baja y bola alterna) para así poder llegar al domingo a los individuales, donde los americanos eran más fuertes. Y así como si hubiera sido un partido de ajedrez, los europeos ganaron las cuatro primeras sesiones, tomando una ventaja de 11.5 a 4.5, una ventaja de 7 puntos, así que sólo necesitaban 2.5 para retener la copa.
Pero el domingo vino el despertar de los americanos ganando 5.5 puntos de los primeros 7 y así recortado cada vez más la ventaja, fue hasta el octavo match cuando Shane Lowry pudo empatar a Russel Henley y asegurar de nuevo la Copa, después vendría Tyrrell Hatton para así dar la victoria final al equipo europeo de 15 a 13 puntos, gran reacción de E.U.
A Keegan Bradley no le funciono la estrategia del reacomodo del campo y se le vio desencajado desde el primer dio, no comprendía lo que pasaba.
Scottie Schffler perdió los primeros cuatro puntos, pero ganó el domingo ante Rory. Ni Bryson, ni Xander, ni Cantlay, ni Justin pudieron hacer mucho; aplausos a Cameron Young, quien jugo como veterano.
Luke Donald pasa a la historia como uno de los mejores capitanes de la Ryder, siempre sencillo y seguro de sus decisiones. En general, el equipo fue de 10 y todos dieron lo mejor de sí ante un público difícil en Beth page que en muchas ocasiones se pasó con el equipo contrario, algo que jamás deberá suceder en el golf.
Aún faltan dos años para el próximo Ryder en Irlanda y les aseguro que los americanos irán por la revancha, pero ¿saben qué? Los europeos ya se están preparando.