La falta de tiempo se ha convertido en una excusa para comer saludable, pues muchos piensan que se requieren horas en la cocina, ingredientes exóticos y recetas elaboradas. Sin embargo, pequeñas estrategias pueden hacer la diferencia. Aquí algunos consejos para planificar tus comidas.
- Realiza una planificación semanal. Si dedicas 10-15 minutos a la semana para planificar tus comidas será suficiente. Elige recetas simples, rápidas y con ingredientes comunes. Utiliza una lista de compras organizada por secciones: proteínas, vegetales, carbohidratos, etc.
- Cocina para varios días. A veces nos aburre comer lo mismo, pero puedes hacer dos o tres guisados o platillos fuertes, y alternarlos en toda la semana. Ten a la mano opciones saludables listas para comer, como huevos cocidos y latas de atún. En cuanto hagas tus compras, lava y desinfecta todos los vegetales para que estén disponibles en cuanto los necesites.
- No te compliques. Prepara cosas simples sin perder lo nutritivo. Tu plato debe dividirse en tres: la mitad que sea a base de ensalada o verdura, ¼ de proteína y el otro ¼ con una porción de carbohidratos (1 tortilla, 2 tostadas horneadas, 1 rebanada de pan, etc). Agrega un toque de grasa vegetal para tener más saciedad.
- Algunas cosas rápidas y saludables. Licuados de proteína, sándwiches, ensaladas con proteína listas para comer. Y para los snacks: fruta que no tengas que picar, nueces, almendras, cacahuates, zanahorias con hummus, palomitas de las que ya vienen hechas.
- Alimentos congelados: sí se pueden. Los vegetales congelados suelen ser fáciles de usar, son una excelente opción cuando estás buscando preparar algo rápido y nutritivo.
Comer saludable sí es posible. No hace falta un gran esfuerzo ni mucho tiempo para disfrutar de una alimentación equilibrada y deliciosa.