Estás siguiendo tu plan de alimentación pero, ¿ya no ves cambios? Posiblemente estés estancado. No te preocupes, es algo normal que a todos nos puede pasar, y se conoce como meseta de adelgazamiento.
Cuando comenzamos a bajar de peso los cambios son más rápidos. Esto se debe a dos cosas. Primero, a que la alimentación se modifica de manera importante y se eliminan los alimentos y hábitos poco saludables. Y la segunda razón es porque la reducción de calorías en la dieta hace que nuestro cuerpo tenga que utilizar sus reservas de energía, es decir, el glucógeno almacenado en hígado y músculos. Por eso es que las primeras semanas perdemos mucho peso pero gran parte es de agua, pues el glucógeno está compuesto por esta principalmente.
Dependiendo del tipo de dieta y las calorías ingeridas, podemos llegar a perder masa muscular. Si perdemos músculo, comenzamos a quemar menos calorías y, cuando la cantidad de calorías que quemamos a lo largo del día, es igual a la cantidad que ingerimos, llega el estancamiento. ¿Qué se puede hacer en estos casos?
Algunos consejos para superar la meseta de adelgazamiento:
- Incrementar la duración y/o intensidad del ejercicio. Si aún no haces ejercicio, es momento de empezar. Y si ya practicas actividad física de manera regular, intenta hacer más tiempo o modificar la intensidad, por ejemplo: en lugar de trotar de manera continua, realiza intervalos: 2 minutos de carrera rápida X 2 minutos de recuperación. Estos cambios de ritmo pueden favorecer tu metabolismo e incrementar la pérdida de grasa corporal.
- Revisa de nuevo tus hábitos. A veces pensamos que nos estamos portando muy bien, pero no nos damos cuenta de que pequeños permisos a la larga pueden alterar nuestros objetivos. Te recomiendo llevar a cabo un diario de alimentos, si anotas lo que comes todos los días, podrás percatarte con mayor facilidad de tus errores.
- Sólo en una comida del día, elimina los hidratos de carbono. Esto dependerá de tu objetivo y nivel de actividad física pero, si estás estancado con el peso, puede ayudarte el evitar los alimentos con carbohidratos en una comida del día: arroz, pasta, tortilla, pan, tostadas, frijoles. Que no sea en la comida posterior al ejercicio, pues de lo contrario no te recuperarás y puede salir contraproducente, así que elige la que se te acomode mejor.
No te desanimes y recuerda que lo más importante, además de los números que ves en la báscula, es cómo te sientes tú. Si estos nuevos hábitos te han ayudado a tener más energía y mejorar tu salud, ¡qué mejor! Los cambios en tu cuerpo se notarán, así que ten paciencia y no te desesperes, que vas por muy buen camino.