
Si te mueves por redes sociales o apps de citas, seguro ya lo conoces. Es el hombre que cita a su terapeuta en la primera conversación, que habla sin tapujos de su vulnerabilidad y que analiza películas de superhéroes desde una perspectiva de género. Es el llamado 'hombre performativo', figura que parece ser la antítesis del 'macho tradicional' que nos enseñaron a ser.
Esta nueva masculinidad, popularizada por íconos como Timothée Chalamet o Harry Styles, celebra la sensibilidad y la inteligencia emocional. Pero su auge ha traído consigo una pregunta incómoda: ¿Estamos ante una verdadera evolución masculina o frente a una estrategia, un nuevo disfraz con mujeres para conseguir aprobación romántica?
¿Cómo es el ‘hombre performativo’?
En pocas palabras, es un hombre que activamente 'interpreta' o 'ejecuta' las características de una masculinidad considerada más positiva y moderna. A diferencia del hombre que genuinamente es así, el performativo lo hace de manera consciente, casi como si siguiera un guion. Las características que suele adoptar son:
- Vulnerabilidad calculada: Comparte sus inseguridades y traumas, pero a menudo de una forma que busca generar simpatía o admiración.
- Feminismo de manual: Apoya públicamente las causas feministas, pero sus acciones en privado no siempre coinciden con su discurso.

- Inteligencia emocional como arma: Usa el lenguaje de la terapia (habla de red flags, gaslighting, responsabilidad afectiva) para analizar a los demás, pero a veces lo utiliza para manipular o evadir su propia responsabilidad.
- Estética ‘Softboy’: Adopta un estilo de vestir y gustos culturales (cine de autor, música indie, literatura) que proyectan una imagen de sensibilidad y profundidad.
¿Por qué surge el 'hombre performativo'?
Este fenómeno no surge de la nada. Es una respuesta directa a años de críticas contra la masculinidad tóxica. La sociedad, y en especial las mujeres, han dejado claro que el viejo modelo del 'macho' que no llora y todo lo resuelve a golpes ya no es deseable.
En este contexto, algunos hombres han entendido que para ser aceptados y tener éxito en sus relaciones, necesitan adaptarse. El problema, según expertos en psicología, es cuando esta adaptación no nace de un cambio interno real, sino del deseo de encajar en un nuevo molde. Se convierte en una actuación, y como toda actuación, la máscara se puede caer en cualquier momento.
¿Cómo diferenciar a un 'hombre performativo' genuino?
No hay una fórmula mágica, pero si hay ciertas señales para descubrir a un impostor en este tema. La clave verdadera es la consistencia.

Observa sus acciones, no solo sus palabras: ¿Trata bien al mesero? ¿Cómo habla de sus ex parejas? ¿Respeta los límites que pones? La verdadera prueba no está en lo que dice, sino en lo que hace cuando cree que nadie lo ve.
¿Escucha o solo espera su turno para hablar? Un hombre genuinamente empático se interesará por tu vida y tus sentimientos, no usará la conversación solo para hablar de su propio 'proceso'.
¿Asume responsabilidad? Cuando surge un conflicto, ¿busca culpables o es capaz de reconocer su parte del error? El hombre performativo suele usar la jerga terapéutica para voltear la situación y hacerte sentir que tú eres el problema.
Relacionado: el estereotipo del hombre performativo es ya un meme. Demasiados Bellerín y Jacob Elordi de la vida. pic.twitter.com/VIzfWteQYh
— José Luis Antúnez (@jlantunez) August 14, 2025
En definitiva, la nueva masculinidad es un paso necesario y positivo. Pero como con cualquier tendencia, siempre habrá quienes se suban al barco por las razones equivocadas. La verdadera hombría, al final, no se trata de seguir un guión, sino de tener principios y actuar con integridad, sin importar si hay público.