Futbol
Editorial Mediotiempo
Columna de Mauricio Cabrera Editorial Mediotiempo

Los alcances del futbol

El futbol no deja de cautivar a los seres humanos, de atraparlos en una pasión tan simple que se convierte en uno de los pocos ejercicios que sirven para exaltar la naturaleza más fundamental de los hombres.

El sentimiento de identidad, la pasión, la independencia, el espíritu tribal… en fin, el balompié nos recuerda lo que somos y lo que fuimos con una simpleza que apabulla, que lo mismo nos hace emocionarnos hasta las lágrimas que sonreír durante días por un triunfo ante el acérrimo rival.

Con el escándalo de Salvador Carmona y su irresponsable reincidencia y/o con la disputa por el título a la vuelta de la esquina, esta columna podría parecer inoportuna; sin embargo, es precisamente lo que sucede en las etapas decisivas de los diferentes torneos, lo que me hizo volver a detenerme un poco en los alcances del balompié, en lo que un juego librado por veintidós hombres es capaz de provocar en millones de personas alrededor del planeta.

Observar el estadio Azteca a su máxima capacidad en partidos con apenas veinticuatro horas de distancia es un hecho que ya de por sí merece mención. Pero lo que en verdad me movió a escribir sobre este tema, fue una experiencia mucho más simple y modesta: la Final de la Primera División "A", misma que, guardando las debidas y necesarias proporciones, tuvo sus propias emociones y sus propios hechos dignos de ser entendidos en su más amplia significación.

Lo que me llegó a la mente al estar buscando con desesperación un sitio que me permitiera seguir el partido entre los Dorados de Sinaloa y los "Panzas Verdes" del León, es que el balompié no sólo es importante y emotivo cuando están enfrentándose el Chelsea y el Manchester United o el América y el Guadalajara.

El futbol es trascendental por su naturaleza misma, por ese encanto que no siempre permea a millones de seguidores, pero que se mantiene vigente cuando los medios de comunicación están alejados, incluso cuando quitamos a todos los espectadores y dejamos únicamente a los dos cuadros enfrentándose sobre el rectángulo verde.

Por cuestiones profesionales, que ya he contado en diversas ocasiones, siento cariño por los Dorados de Sinaloa, por lo que me decidí a vivir el partido de vuelta de la Final, a través de los foros de Medio Tiempo y a escuchar la señal de una estación de León en Internet.

Ahí, mientras veía lo desesperados que muchos aficionados estaban por encontrar dónde transmitían el partido y leía los mensajes que no cesaban en nuestros foros, comprendí lo que un seguidor es capaz de hacer por su equipo.

La fidelidad como tal no se compra y está en todas partes; en el padre que acompaña a su hijo al primer entrenamiento, en el aficionado que se resigna a estar oprimiendo F5 para poder ver si alguien más sabe el resultado o en el que ocasiona que el Coloso de Santa Úrsula sea insuficiente para dar cabida a todos los hombres ansiosos de ver a sus héroes sobre el terreno de juego.

Todavía en estos tiempos de incesantes avances tecnológicos, encontramos que muchas veces son los propios aficionados los primeros en darle voz a una nota, o los que deciden dar una mejor cobertura a un hecho.

Quienes estamos en los medios muy pocas veces reconocemos que los foros de opinión son auténticas minas de oro en lo que respecta a la información, pues de ahí se obtienen notas que no alcanzaron a entrar en los diarios de circulación nacional, a ser tomados en cuenta por la televisión o a ser redactados por  un sitio de Internet.

Es el usuario, ese que profesa amor inalterable a un equipo, el que más sabe de los suyos, el que compra el periódico de siempre o el que adquiere una publicación desconocida en el plano nacional motivado por una imagen de uno de sus jugadores en portada.

Sé que el mío no es un caso único. La imagen de un servidor, miembro del portal especializado en futbol más conocido en Latinoamérica, con unos audífonos y soportando anuncios cada cinco minutos con tal de escuchar un partido sirve para demostrar que la tecnología no lo es todo. Así también seguí la Copa Chiapas en los foros del sitio oficial de los Rayos del Necaxa o los rumores de contrataciones para algunos equipos del interior de la República.

El futbol maneja millones. La entrada a un estadio tiene determinado costo; la llegada de un jugador también, pero lo que en verdad resulta invaluable es lo que un aficionado hace por conocer y estar con los suyos, eso no tiene precio, ni ahora ni nunca.

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