La aparente utopía del futbol para todos está convirtiéndose en una irrefutable realidad. Los resultados "sorpresivos" se han vuelto tan comunes que tendrían que comenzar a ser vistos como una posibilidad creciente y que invita a evaluar los beneficios y perjuicios de participar en un entorno en el que pareciera que cualquiera puede imponerse.
La Copa América se ha significado como el escenario de lo absurdo, al menos de acuerdo a lo que dicta la historia balompédica. Ver a Argentina y a Brasil fuera, a Venezuela y Perú disputando semifinales y a México, por más que haya acudido a la cita con jugadores Sub-22, traza un mapa inesperado, pero con modificaciones cada vez más constantes. El prestigio del pasado y el peso de la playera no bastan en un deporte que se ha vuelto tan táctico que el calibre de las individualidades no siempre deriva en el éxito de estas sobre el trabajo de conjunto.
El futbol como un deporte plural no es una exclusiva de América. En Europa, aunque con menor recurrencia, Dinamarca y Grecia sorprendieron en los últimos años. Incluso España, pese a que hoy todos nos rendimos fascinados ante su estilo de juego, hace sólo algunos años no era percibida como una potencia. La paridad de fuerzas aquí y allá es un hecho con el que tendremos que aprender a convivir, aunque siempre habrá escuadras a las que deba exigírseles más.
Dentro del amplio abanico de beneficios que ofrece el que un deporte se vuelva tan impredecible, hay que identificar los puntos negativos. En este sentido, si Venezuela o Perú alcanzaran a coronarse en la Copa América, les sabría mucho más con la presencia de Brasil o Argentina en instancias definitivas. Hace falta, para decirlo en palabras sencillas, el rival a vencer, aquel que vuelve aún más grande la épica de la victoria.
La liga mexicana, próxima a comenzar, ha adolecido de estas oncenas que se conviertan auténticamente en parámetros de grandeza. Los equipos a vencer siempre serán parte fundamental de una competencia, tanto por lo que aportan en sí mismos como por el valor añadido que entregan al triunfo de otro.
Aplaudo la pluralidad en el balompié. Sólo resta que los históricos se empeñen en hacer valer su jerarquía para tener duelos entre los que se saben grandes y aquellos que han empezado a darse cuenta que de cuando en cuando la gloria puede estar en sus manos.
Un Apertura muy Panamericano
Así como hace seis meses nuestra temática sobre el torneo fue con las emblemáticas figuras Lego, ahora decidimos unirnos al espíritu de los Juegos Panamericanos y hacer una simpática conexión entre las disciplinas que forman parte del programa y los principales personajes del futbol. Estoy seguro que van a disfrutar los trazos de nuestro querido Qucho, el mejor monero deportivo de México.
Espero sus comentarios en mcabrera@mediotiempo.net y a través de @macafut en twitter.