Está comprobado que las personas que llevan una dieta mediterránea tienen menor riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, obesidad, diabetes y cáncer. Y si a esto le agregamos que hacen ejercicio, ¡mucho mejor!
Sabemos que siendo corredor, te preocupas también por tu salud y alimentación. Hoy te diremos los cambios que puedes hacer en tu dieta para volverte "mediterráneo".
1. Dale una oportunidad a las frutas y verduras. Aumenta tu consumo de vegetales frescos, poco procesados, y prefiere los de temporada. Recuerda variar los colores, pues cada color aporta distintas vitaminas y minerales.
2. Los dulces, sólo ocasionalmente. La dieta mediterránea es parte de un estilo de vida. Elimina tu adicción al azúcar, y aprende a escoger alimentos ricos en hidratos de carbono saludables, como son los vegetales, granos, tortillas y leguminosas. Evita lo más posible refrescos, jugos, harinas y dulces, solo guárdalo para ocasiones especiales.
3. El rey, el aceite de oliva. Inclúyelo sin culpas en cada comida, para aderezar tus ensaladas o verduras. No le tengas miedo, pues no engorda, te da saciedad y contiene grasas saludables que protegerán tu corazón de runner.
4. Proteínas, solo las mejores. Prefiere el pollo, huevo, pescado y carne baja en grasa. Consume lo menos que puedas de lácteos y carnes rojas.
5. La mejor parte, el vino. El resveratrol, presente en la cáscara de la uva, ayuda a incrementar los niveles de "colesterol bueno" y además impide que el "colesterol malo" se oxide, mientras que nuestras arterias se mantienen sanas. ¡No vayas a abusar, todo con medida!