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Columna de Mauricio Cabrera Editorial Mediotiempo

Pliego petitorio para el Apertura 07

Los nuevos retos siempre van acompañados de expectativas a cumplir y metas que deberán alcanzarse en el camino. Cada uno tiene su propio objetivo, aunque algunos por historia y jerarquía se encuentran en el camino, la realidad es que cada uno de los dieciocho equipos que participarán en el Apertura 2007 conocen, o cuando menos tendrían que hacerlo, sus posibilidades dentro de una competencia que se anticipa reñida y sin un amplio margen de ventaja de unos sobre otros.

Siempre he pugnado porque a los llamados "grandes" se les exija como tales, que no existan pretextos y que jueguen a ganar todo certamen en el que participen.

En México, ya sea por la paridad del nivel o porque en realidad la mayoría de los cuadros con historia ganadora han dejado de andar por el camino de la gloria, la distinción entre las oncenas de prestigio y las que no lo son tanto se ha vuelto casi imperceptible, al menos en lo relativo a la consecución de coronas en torneos cortos.

El propio sistema de competencia ha conseguido –no sé si para bien o para mal, aunque me cargo un poco a la segunda- que la etiqueta de "campeón" pueda recaer en cualquiera. Es suficiente una racha positiva en unos cuantos partidos para garantizar un lugar en la liguilla, donde ya cualquier resultado se puede presentar. En pocas palabras, considero que se ha ido abaratando el verdadero valor de los títulos  en el torneo local para dar paso a una democracia que no necesariamente resulta benéfica en la práctica.

Mi pliego petitorio para el Apertura 07 señala como primer punto la obligación natural de alcanzar la cúspide por parte de América, Cruz Azul y Guadalajara. Deseo que no haya pretextos para explicar un posible incumplimiento de la meta, que siempre quede claro cuál es la exigencia y cuáles son los parámetros que deben cubrir para considerar que su rendimiento ingresa al terreno de lo aceptable.

El más obligado, sin duda, es el equipo dirigido por Sergio Markarián. Es por todos sabido que la institución de la Noria es la que registra una deuda considerable con su afición, que está en todo su derecho de exigir buenas cuentas después de largos años de vergüenzas a nivel deportivo y administrativo.

A favor de los hombres de pantalón largo de la entidad cementera, que tampoco son tan malos como algunos lo hacen creer, menciono que ahora sí, desde mi punto de vista, acertaron en la designación del técnico y en la elección de los refuerzos.

A este Cruz Azul lo veo con serias posibilidades de acceder a logros importantes. Sé que siempre se dice algo parecido respecto a los celestes, pero en esta ocasión lo veo con las armas y la fortaleza mental suficiente para ahuyentar a los demonios que tanto lo han acechado.

A Tigres y Monterrey también se les pide un destacado nivel. Los felinos han dado de qué hablar en la pretemporada y tienen como director técnico a un hombre sumamente capaz de imponer una dinámica y un ambiente de trabajo propicio para que los triunfos lleguen e inunden de alegría a todo San Nicolás de los Garza.

Aunque cueste creerlo, lo digo por algunos que se han empeñado en asegurar que soy un acérrimo opositor de la causa norteña, me daría mucho gusto ver que logran olvidarse de sus antecedentes negativos y dar inicio a una era en la que sus seguidores tengan argumentos de peso para afirmar que su equipo está entre los mejores de México.

El caso de los Rayados es semejante. La continuidad que se le da a Miguel Herrera en el banquillo aparece como un síntoma inequívoco de respeto a la figura del timonel y a los planes que se han trazado.

Sabemos que esta combinación de elementos suele rendir frutos, y no dudo que los haya. Debo admitir, sin que con esto pretenda mostrar un favoritisimo a favor del acérrimo rival, que le veo mayores posibilidades a los Tigres que a los albiazules en el Apertura 2007. Considero que los de Américo Gallego tendrán mayor fuerza colectiva, mientras que la "Pandilla" tendrá su principal ventaja competitiva en las individualidades, encabezadas por el letal Humberto "Chupete" Suazo.

Podría extenderme mucho más, de hecho lo estaré haciendo en los próximos días dentro de mi blog. Lo que pretendo dejar en claro es que a los grandes hay que exigirles como lo que dicen ser. La coherencia entre la teoría y la práctica es necesario en estos tiempos de bombardeo mediático y sensacionalismo en todos los ámbitos.

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