Después de hacer ejercicio se nos quita un poco el hambre, y a veces con las prisas no le damos importancia a lo que comemos. Sin embargo, la comida posterior al entrenamiento es clave para la recuperación.
¿Por qué hay que comer después de correr?
- Para recuperar el glucógeno perdido. Tus reservas de gasolina, mejor conocidas como glucógeno, se gastan en cada entrenamiento. Simplemente con un sprint de 30 segundos, pueden reducirse hasta en un 30%, por lo que es importante recuperarlas para no sentirte agotado en tu siguiente sesión de carrera. Entre más pronto comas después de entrenar, mejor te recuperarás, pues es cuando el músculo está más susceptible para absorber nutrimentos. Lo ideal es que no te tardes más de una hora, o se cerrará esa “ventana” y lo que comas después de nada te servirá.
- Para reparar las fibras musculares. Las fibras del músculo llegan a dañarse durante el ejercicio y, lo que comes después, ayuda a que estas se recuperen. Por más que entrenes, si no cuidas tu alimentación post entrenamiento, puedes perder músculo y no valdrá la pena todo tu esfuerzo.
En resumen, estas son las consecuencias de una mala recuperación.
- Pérdida de músculo.
- Mucha hambre al día siguiente y, sobre todo, antojo de cosas dulces.
- Bajo rendimiento en tu siguiente sesión de entrenamiento.
- Si esto es frecuente, puedes llegar a un sobreentrenamiento y fatiga crónica.
¿Qué comes después de entrenar?
Lo que mejor te recupera son proteínas junto con hidratos de carbono o carbohidratos simples. No necesitas una barra de fibra, pues a tu músculo le costará más trabajo llegar al azúcar, y lo que queremos es velocidad. Algunos ejemplos:
- Un batido de bebida vegetal de soya con chocolate y un plátano.
- Un sándwich de atún con pan blanco.
- Una barra de proteína.
- Un huevo revuelto con frijoles y una tortilla.
Ahora ya lo sabes, planea con tiempo tu alimentación y ¡verás la diferencia!
