Futbol
Editorial Mediotiempo
Columna de Mauricio Cabrera Editorial Mediotiempo

La actualidad del americanismo

El futbol no sería el mismo sin las revanchas que proporciona de un día para otro. A ese sentimiento de venganza, de cuenta pendiente, es al que apelamos como aficionados para seguir creyendo en una causa, para continuar enfundados en los colores de una camiseta que no necesariamente tiene por costumbre ser ganadora.

De un día para otro el panorama de una entidad se modifica, da un giro de ciento ochenta y grados y se encuentra con la otra cara de la moneda. América, el mismo que se alista para intentar cumplir con la misión imposible de seguir adelante en dos competencias de manera simultánea, hace algunas semanas era atacado a rabiar por el deplorable rendimiento sobre el terreno de juego y por el inexistente respeto a los principios históricos de un club reconocido como uno de los más importantes de nuestro país.

Nombres fluyeron como posibles sustitutos de Luis Fernando Tena en el banquillo. ¿Amarillismo en el manejo de la información? Puede ser, pero la situación no distaba mucho de ser tan contundente como se manejó en diferentes medios de comunicación.

Después de ver a unas Águilas que regresaron de Paraguay con un triunfo logrado ante la displicencia de su Cuerpo Técnico, o de soportar esquemas populistas en los que se les adjudicaba a los aficionados la posibilidad de elegir por cuál de los dos frentes querían que se lanzara el cuadro de Coapa, no hacía falta ser un estudioso para señalar que la situación era alarmante y que un nuevo fracaso empezaba a dibujarse en el horizonte americanista.

Pero las circunstancias se fueron acomodando a pedir de boca para la causa emplumada. Un categórico triunfo en el partido de ida ante el Colo Colo provocó que renacieran las esperanzas en la Libertadores, mientras que en la liga se sorteaban los diferentes escollos que se cruzaban en el camino.

Las piedras fueron desapareciendo hasta llegar al punto en el que nos encontramos, a un instante en el que las Águilas tienen frente a sí la histórica oportunidad de luchar por un doblete inédito en el balompié nacional.

La simple idea de ver un doble lleno en el estadio Azteca en menos de veinticuatro horas funge como prueba irrebatible del poder de convocatoria del equipo azulcrema; no obstante, afirmar que el americanismo está de regreso raya en el absurdo.

Pues la diferencia entre las escuadras de época y las que aprovechan las circunstancias para brillar de cuando en cuando está en el aprovechamiento de los llamados “momentos de la verdad”, aquellos en los que, dependiendo el resultado que se obtenga, se alcanza un resultado o se permanece en la orilla, intentando esconder un fracaso.

El hoy por hoy de los amarillos resulta envidiable. Están entre los cuatro mejores del torneo de liga y entre los ocho finalistas de la Copa Libertadores; sin embargo, de muy poco servirá si son incapaces de salir airosos en al menos una de las dos batallas que estarán librando.

La mayoría garantiza que la prioridad natural tendría que ser la de vencer al Guadalajara en la competencia local. Los motivos resultan de sobra conocidos: rivalidad, prestigio, orgullo… no obstante, el verdadero reto de los emplumados consiste en el éxito o derrumbe que acontezca al término de las dos eliminatorias que el América está por librar.  El americanismo está ante un momento de oportunidad, que no necesariamente culminará con un logro que permita hablar sobre un regreso a la grandeza de años pasados.

En unos cuantos días podremos definir con claridad cuál es el presente auténtico de los de Coapa, entretanto, reconozcamos lo hecho y recordemos que los verdaderos mitos del deporte se escriben cuando los actores en cuestión son capaces de imponerse a las más adversas de las condiciones, no cuando apenas están luchando por ello.

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