
En noviembre de 2013 Miguel Herrera fue visto como un caudillo del futbol mexicano. Un tipo al que se le confirió la misión de rescatar a la Selección Mexicana que había tocado fondo.
El cuadro Tricolor estaba con un pie fuera de la Copa del Mundo de Brasil 2014, el Hexagonal de la Concacaf había sido desastroso, al punto de que se obtuvo de rebote la posibilidad de jugar un repechaje contra Nueva Zelanda, gracias al triunfo de Estados Unidos en Panamá. De no haber sido por los norteamericanos la ruina hubiera sido más grande.
Miguel, que por aquellos años entrenaba al América, había sido campeón con las Águilas en una Final de infarto ante Cruz Azul, y tenía al cuadro de Coapa como uno de los mejores equipos del Apertura 2013.
El Piojo era el mejor entrenador mexicano del momento, así que desde la Federación Mexicana de Futbol pensaron en él como una solución de inmediato, se le pidió que tomara el mando de la Selección para hacer frente a los duelos de repechaje ante Nueva Zelanda. El estratega recibió el aval de los altos mandos de América y del resto de equipos.

Herrera confeccionó un equipo con una base de americanistas y también de León. Le pasó por encima a Nueva Zelanda y aseguró el boleto al Mundial de Brasil. El Piojo había salvado la patria futbolística y se ganó la permanencia en el cargo. Era un fenómeno que causaba simpatía en todos los frentes, de rebote, la FMF había encontrado un buen entrenador que además encajaba en una estrategia de mercadotecnia como nadie.
De Brasil a Philadelphia
La participación de la Selección en Brasil fue destacable, si se toma en cuenta la forma en la que se llegó, la imagen futbolística que se dejó fue buena, sobre todo porque fue un equipo que recuperó la sangre y el sentido de competencia. El cuadro Tricolor sumó 7 de 9 puntos, fruto de las victorias contra Camerún (1-0) y Croacia (3-1) y del sufrido empate ante Brasil (0-0).
Es cierto que no logró romper la barrera de Octavos de Final donde fue eliminado por Países Bajos (2-1) con el famoso ‘No fue penal’. Pero había la sensación de que existía un futuro. Sin embargo, en el 2015 se juntaron la Copa América y la Copa Oro, por lo que el equipo se tuvo que dividir, la preferencia la tuvo el torneo de Concacaf y en el torneo de Sudamérica el Tricolor acabó en el último lugar del Grupo A con solo dos puntos. Aunque ganó la Copa Oro al vencer a Jamaica en la Final, no se puede olvidar que en Semifinales se logró un triunfo polémico sobre Panamá con un penal muy cuestionable.
El entorno no era el mejor para Miguel que tuvo un incidente con el comentarista Christian Martinoli en el aeropuerto de Philadelphia, un hecho que le terminó costando el puesto, poniendo fin a su ciclo como entrenador de la Selección Mexicana. El futuro que se veía próspero se esfumó muy pronto.

Diez años después de ese bochornoso momento, Miguel Herrera se vuelve a reencontrar con la Selección Mexicana, aunque ahora como su rival al dirigir al combinado de Costa Rica en la Copa Oro 2025.