Las ofensivas venden. No intentemos inventar el hilo negro. Yo lo sé, ustedes lo saben, el Comisionado de la NFL lo sabe. No es un secreto que cuando se trata de mover la aguja, las ofensivas, las yardas y los puntos son el camino a seguir.
Es cierto que ya en los recovecos del juego vamos a encontrar mucho más estudio y análisis en un partido cerrado, dominado por las defensivas; no obstante -y siendo muy superficiales-, todos queremos ver juegos como aquel mágico lunes por la noche entre los Chiefs y Rams, donde, ni por un segundo, podíamos desviar la atención ya que había riesgo de perdernos una jugada grande.
Por lo anterior, es que me puse a pensar en grandes duelos en la historia, encontrando un factor común en todos ellos: la mayoría de estos incluyen fuertes rivalidades entre quarterbacks.
Siempre es necesario un cambio generacional en las rivalidades de quarterbacks, aunque parecía que esta generación no iba a renovarse nunca, pues nombres como Tom Brady, Ben Roethlisberger, Joe Flacco, Peyton Manning, etc., se mantenían en la liga, sin embargo, ese panorama comienza a cambiar en casi todas las divisiones y es por ello que surge la pregunta: ¿Cuál será la rivalidad de quarterbacks que se mantenga en los años por venir?
Esta pregunta la intentaremos resolver en estas dos semanas, analizando división por división las posibles rivalidades que encontremos en éstas; así que, apreciados lectores, acompáñenme en este viaje mágico para descifrar en nombre de quién estaremos discutiendo durante la próxima década.
CONFERENCIA AMERICANA (AFC)
División Este: ROSEN vs DARNOLD
Estos dos hombres parecen estar destinados a llevar carreras paralelas. Miembros de la Clase 2018, ambos fueron seleccionados en la primera ronda provenientes de universidades rivales y con caminos de vida opuestos.
Darnold, miembro destacado de USC, fue la segunda selección global el año pasado. Nacido y criado en el sur de California, Sam tienen en sus venas la calidad atlética heredada por su padre, Mike Darnold -quien fue liniero ofensivo en sus años universitarios-, y su abuelo, Dick Hammer -destacado jugador de baloncesto en USC y miembro del equipo Olímpico de voleibol de los EE.UU. en 1964-. El destino, sin embargo, lo llevó al otro lado del país para convertirse en ídolo y salvador de un mercado históricamente castigado, los NY Jets.
Rosen, por su parte, también es hijo pródigo de la costa oeste. Nacido en Manhattan Beach, Josh viene de una familia de eruditos educados en la “Ivy League”. Su padre, el Dr. Charles, es un renombrado cirujano egresado de la Universidad de Pennsylvania; su madre, Elizabeth, es una destacada escritora y editora graduada de Princeton. A pesar de este bagaje intelectual, Josh siempre supo que su destino estaba ligado al emparrillado y fue así que El Elegido mostró todo su talento atlético en UCLA.
En la universidad, estas dos jóvenes estrellas solo jugaron una vez, con triunfo para Darnold. Afortunadamente, los caprichosos caminos de la vida colocan a ambos en una situación ideal para convertirse en la nueva gran rivalidad de la NFL.
División Norte: MAYFIELD vs JACKSON
Por mucho tiempo, la rivalidad en esta división fue Flacco vs Roethlisberger, sin embargo, nunca tuvo tintes para ser una que marcara época en la liga. Hoy, afortunadamente, estamos en el amanecer una nueva era en el Norte de la AFC, la época de Jackson vs Mayfield.
La semana 17 de la temporada anterior nos regaló un bosquejo de lo que la nueva lucha de poder en el Norte puede ser; un duelo épico entre Ravens y Browns, comandado por la primera y última selección de primera ronda del Draft de 2018.
El futuro es prometedor en Cleveland con el peligroso estilo de Baker Mayfield, que cada juego demuestra por qué la gerencia general no se equivocó en tomarlo con la primera selección global. Armas a su disposición tiene de sobra, será cuestión de determinar si tiene la longevidad para volver relevante al equipo más torturado en la historia del deporte profesional de Estados Unidos.
Para los Ravens, un cambio de ADN fue justo lo que necesitaban. Un quarterback que se saliera de lo que, por 10 años, fue el estándar con Joe Flacco. Lamar Jackson fue esa respuesta, si bien con algunos detalles que mejorar (sobre todo en su mecánica de pase), este jugador tiene los dotes atléticos y el estilo para darle un par de dolores de cabeza más al hombre que terminó venciéndolo en las votaciones para el trofeo Heisman en 2017.

División Sur: LUCK vs FOLES
Mientras averiguamos si Deshaun Watson puede brillar aún más detrás de una línea ofensiva que esta en vías de reparación, y si será Mariota o Tannehill el titular en Tennessee, las miradas giran en torno a dos equipos cuyos quarterbacks han probado tener la calidad suficiente para ser titulares en la NFL y llevar a sus equipos a grandes instancias.
Tal vez no lo tenemos tan presente, pero Andrew Luck y Nick Foles son parte del mismo Draft, el de 2012. Mientras Luck fue la primera selección global, Foles escuchó su nombre hasta la tercera ronda; no obstante, ambos tuvieron un buen y promisorio arranque a sus carreras profesionales, particularmente en 2013, cuando llevaron a sus respectivos equipos (Colts-Eagles) a la postemporada con sendos campeonatos divisionales.
Una bifurcación en el camino vio como dos años después, Luck sufriría una lesión que lo dejaba fuera de las canchas hasta nuevo aviso, mientras que Foles batallaba por conseguir un lugar como titular tras irse a St. Louis y posteriormente a los Rams, para finalmente regresar a ser el hombre del milagro en Philadelphia.
Hoy, el deporte nos da la posibilidad de tener en la misma división a dos quarterbacks que han aprovechado las revanchas de la vida para regresar y probar que la calidad está ahí para ser demostrada desde un inicio. Para Luck tendrá que ser una confirmación como el mejor quarterback de la división, para Foles será una oportunidad más de probar que su faceta de salvador es mucho más que hacer milagros.
División Oeste: MAHOMES vs CARR
¿Se acuerdan cuando en 2016 Derek Carr era candidato a MVP? Parece que fue hace mucho tiempo. Es más, tras esa terrible lesión que le robó a los Raiders una gloriosa temporada, Carr luce más como un eterno suplente que como aquel hombre destinado a honrar las glorias de Al Davis.
Afortunadamente para Carr, la vida le otorga una segunda oportunidad de ser ese hombre. Los Raiders a los que él llego son otros totalmente distintos. Ya no están Amari Cooper o Khalil Mack; aún así, la oficina frontal del equipo está armando algo interesante con miras a volver relevante la franquicia y llenar los asientos de su nueva casa en Las Vegas, y Derek está al centro de todo ellos.
El problema para Carr y este nuevo grupo de Raiders es que otro “Raider” llegó a la liga con el afán de apoderarse del trono. Ese es Patrick Mahomes. El egresado de los Red Raiders de Texas Tech tomó a la liga y no dejó prisioneros. MVP en su segunda temporada -su primera como titular-, rompiendo todos los récords de novato y maravillando a todo el mundo, Pat es el nuevo pistolero del salvaje oeste, más aún si tomamos en cuenta que la carrera de Philip Rivers está llegando a su ocaso y que nadie tiene idea cuál es el plan de John Elway en Denver.
La responsabilidad de frenar este torbellino, fanático de la cátsup e inventor del “pase sin ver”, recae en Derek Carr, un jugador de perfil bajo, pero con el talento suficiente, para demostrar que ese 2016 no fue solo suerte, sino que sus mejores años apenas están por llegar.
Esta batalla continuará la próxima semana en la Conferencia Nacional…