Quien hoy afirma "no esperaba menos de Veljko Paunović" miente. Me incluyo. Era de esperarse que el nacido en Serbia hace 45 años (aunque naturalizado español) cumpliera con un casi obligado proceso de adaptación a la Liga MX.
Prácticamente esa ha sido la historia de la mayoría de los técnicos extranjeros que viven su estreno en el futbol mexicano... que si el ritmo, que si el desconocimiento de los rivales, etcétera, etcétera. Quizá por ello es que el director deportivo lo vacunó con tiempo.
En alguna de las primeras declaraciones de Fernando Hierro a la llegada de Paunović, el directivo expuso que el proceso iba a tres años para que se mostrara todo lo que se pretendía. Fue menos. Claro, sin el gran momento del Pocho Guzmán no hubiera sido posible.
Las Chivas del serbio-español le han ganado al Monterrey, Juárez, Tijuana, Pumas, Tigres, Santos, eso incluye dos candidatos al título. Y empató con San Luis, Querétaro y Pachuca; hasta la Jornada 10 solo perdió con Toluca.
El desempeño de las Chivas en la táctica fija es sobresaliente, y sin embargo no ha sido su mejor virtud como sí interpretar los momentos del juego; ya lo dijo Pau: "hay un tiempo para sacar los escudos y otro para las hachas", como vikingos.
Al buen paso del equipo de Paunović agregamos que ya recupera a Alexis Vega y ya veremos si logra el salto que sus aficionados saborean por la dupla con el Pocho; en todo caso hoy el equipo luce fuerte, más allá de perder con Puebla.