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Raquel Pérez de León
Columna de Raquel Pérez de León Raquel Pérez de León

¿Qué es el hígado graso y qué tipo de dieta se requiere?

Ciudad de México

El hígado es un órgano tan importante, que toda la sangre que proviene del estómago y los intestinos pasa por ahí. Él es el encargado de procesarla, separando los componentes de desecho, medicamentos y alcohol, y creando otros nutrimentos que necesita nuestro cuerpo, como el colesterol y algunas proteínas. Además, almacena y libera glucosa según sea requerida, entre muchas otras funciones.

El “hígado graso” es literalmente un aumento anormal de los depósitos de grasa en el hígado. Es una enfermedad silenciosa que no produce síntomas, por lo que es difícil de diagnosticar y, si no se trata a tiempo, puede convertirse en un problema severo para la salud. Existen dos tipos principales de esta enfermedad:


  1. Hígado graso alcohólico: causado por un consumo excesivo de alcohol.
  2. Hígado graso no alcohólico: relacionado con la falta de ejercicio y la mala alimentación, en especial por un alto consumo de azúcares y grasas malas.

Mientras sólo haya depósitos de grasa en el hígado, sin causar inflamación o daño en las células, es algo que se puede revertir. ¿Cómo saber si lo tenemos? Mediante estudios de sangre donde se elevan algunos marcadores y, posteriormente, un ultrasonido.

En cuanto al tratamiento, lo más importante es modificar el estilo de vida, pues no existe un medicamento como tal que pueda revertir el hígado graso. Estas son algunas recomendaciones:

  1. Alcanzar y o mantener un peso saludable.
  2. Retirar el consumo de alcohol (sobre todo si se trata de un hígado graso alcohólico).
  3. Realizar ejercicio de tipo aeróbico: trotar, caminar, andar en bicicleta, nadar, bailar, subir y bajar escaleras, etc.
  4. No automedicarse.
  5. Reducir lo más posible el consumo de azúcares simples, como: bebidas azucaradas (jugos tanto naturales como procesados, aguas de sabor, aguas de fruta, refrescos, galletas, pan dulce, postres, golosinas).
  6. Preferir las grasas vegetales, como el aguacate, el aceite de oliva, las almendras, nueces, cacahuates, y moderar las grasas animales (tocino, carne roja con mucha grasa, la piel del pollo, comida rápida, quesos altos en grasa, alimentos fritos, capeados, empanizados).

Recuerda que una vez al año es recomendable realizarte estudios de laboratorio, un pequeño check up para revisar que todo esté en orden. El ejercicio y la alimentación saludable pueden prevenir muchas enfermedades.

Sobre el autor
Raquel Pérez de León

Raquel Pérez de León es Nutrióloga del Deporte y ultramaratonista. Te enseñará hábitos saludables de alimentación, así como los tips que necesitas para ser un mejor corredor.

raquel.perez@mediotiempo.com

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