Antes que nada debemos hablar sobre la microbiota, un conjunto de microorganismos (hongos, bacterias y virus), que viven en armonía en diferentes partes de nuestro cuerpo: la gran mayoría en el intestino y también en el sistema respiratorio, la boca y la piel. Esta se empieza a formar desde que nacemos, y se va modificando a lo largo de la vida.
¿Cuáles son sus funciones? Protegernos de los microorganismos malos que sí pueden causarnos enfermedades, estimular nuestro sistema de defensas, ayudar a digerir los alimentos y producir vitaminas B y K.
La alteración de la microbiota en el intestino se conoce como disbiosis, y es cuando se ve afectada tanto la cantidad como la diversidad de microorganismos. Esta puede generar muchas molestias, desde dolor de cabeza, fatiga y sobrepeso. Sin embargo, también se ha relacionado con otras enfermedades graves, como son las enfermedades autoinmunes, las de la tiroides, fibromialgia, migrañas, depresión y ansiedad. Al no estar suficientemente fuerte nuestra barrera de defensa, pasan por el intestino muchas sustancias y bacterias que nos pueden dañar.
¿Qué situaciones alteran nuestra microbiota? Ciertos antibióticos, alimentos, el alcohol y el cigarro, el estrés, la falta de sueño, la contaminación, algunas infecciones, así como la edad. Podemos decir que es muy difícil que no se altere, pero lo que sí podemos hacer es consumir probióticos para poder volver a equilibrarla.
Los probióticos son microorganismos que actúan principalmente en el sistema digestivo y traen beneficios a la salud, entre ellos:
• Prevenir enfermedades intestinales como colitis, síndrome de colon irritable, enfermedad de Crohn.
• Aumentar la absorción de nutrimentos, como la vitamina B, el calcio y el hierro.
• Regular el tránsito intestinal: ayudan a tratar el estreñimiento y la diarrea.
• Mejorar la digestión y combatir la acidez.
• Fortalecer el sistema inmunológico.
• Mejorar la salud mental.
Se encuentran en algunos alimentos, como los productos lácteos fermentados y en otras bebidas como la kombucha, aunque la mejor manera de obtenerlos sería a través de un suplemento, para garantizar que sea en la cantidad correcta, así como obtener diferentes cepas que nos garanticen los beneficios mencionados. Recuerda que antes de consumir cualquier suplemento, debes consultar a tu médico o nutriólogo para que te recomiende la mejor dosis y marca para ti.