Como corredores, solemos estar atentos a nuestras piernas, la hidratación y los kilómetros. Pero, ¿alguna vez has revisado tus niveles de vitamina D? Aunque no se note a simple vista, estos pueden tener un impacto importante en cómo te sientes y en cómo corres.
La vitamina D no funciona únicamente para los huesos, también juega un papel clave en el sistema inmunitario, en la función muscular y, lo que pocos saben, en el estado de ánimo. La fatiga inexplicable, la falta de concentración y el bajón anímico, podría tener que ver con una simple deficiencia de este micronutrimento.
La mayoría de nosotros obtenemos vitamina D a través del sol. Sin embargo, aunque corramos al aire libre, sabemos que la radiación hace daño, por lo que no nos exponemos tanto, entrenamos temprano, con bloqueador, gorra y manga larga, por lo que podríamos no estar absorbiendo la cantidad necesaria.
Es muy común tener deficiencia de vitamina D. Y no se trata únicamente de salud general: los estudios relacionan niveles bajos con síntomas depresivos, fatiga crónica y bajo rendimiento físico. La buena noticia es que es fácil de detectar (con una simple prueba de sangre) y relativamente fácil de corregir.
¿Cómo incrementar los niveles?
1. Exposición solar inteligente. El sol, en dosis breves y controladas, es una fuente natural de vitamina D. Con 10 a 15 minutos es suficiente, entre 2 y 4 veces por semana. Se trata de exponer brazos o piernas sin protector solar, pero en horarios estratégicos: idealmente antes de las 10 a. m. o después de las 4 pm. La clave está en que no te quemes ni se te ponga roja la piel.
2. Una alimentación con pescados grasos. En especial, los pescados grasos como el salmón, la sardina y el atún destacan por su contenido natural de esta vitamina. Incluirlos en la dieta un par de veces por semana puede marcar la diferencia.
3. Suplementación. Muchas veces es necesaria, pero siempre debe ser bajo supervisión médica.
Como corredores, sabemos que el cuerpo y la mente, son uno mismo. Tal vez sólo necesites un poco más de sol, o revisar tus niveles de vitamina D.