Como corredor, lo que comes es clave para rendir bien en tus entrenamientos y a lo largo de todo el día. Aquí tres consejos de alimentación.
1. No entrenes en ayunas. Tu cuerpo necesita glucosa para poder 'quemar' grasa y utilizarla como combustible. Por ello es importante siempre antes de correr consumir alimentos ricos en hidratos de carbono. Algunos ejemplos de snacks previos: una fruta con un puño de almendras o nueces, una rebanada de pan con crema de cacahuate, una barra de amaranto.
2. Hidrátate, aunque no tengas sed. A muchos corredores no les gusta cargar agua en sus entrenamientos, sin embargo, debes acostumbrarte a hidratarte al menos cada 15 minutos. Si es una carrera de corto tiempo, con agua natural es suficiente. Pero si vas a correr durante una hora o más (o menos de una hora, pero muy intenso), sí requieres una bebida deportiva para reponer los electrolitos que se pierden por el sudor.
3. Terminando de correr, come lo más pronto posible. Después de un esfuerzo nuestros músculos se desgastan y requieren energía para repararse y recuperar el glucógeno perdido, por lo que abren una ventana y en ese momento es cuando más aprovechan los nutrimentos.
La ventana dura máximo una hora, si se cierra en el día te podrás sentir cansado, con sueño y con antojo de cosas dulces. Lo que mejor nos recupera es consumir proteínas junto con hidratos de carbono, justo después del ejercicio.
Recuerda que lo mejor es consultar a un Nutriólogo del Deporte, para que te elabore un plan de alimentación acorde a tus objetivos y tus entrenamientos.